Spinoza


¿Por qué la tristeza es forzosamente una
disminución de la potencia? Ven desde entonces lo que va a haber de nuevo en la ética de Spinoza. Contrariamente a toda moral, el grito perpetuo de la ética será: “¡No, no hay tristeza buena, no hay tristeza buena!”. Y toda la critica espinozista de la religión se basará precisamente en que, según él, la mistificación de la religión consiste en hacernos creer que hay buenas tristezas. En términos de potencia, no puede haber tristeza buena porque toda tristeza es disminución de potencia.

¿Pero por qué la tristeza es disminución de potencia? La tristeza es un afecto envuelto por una afección. La afección es la imagen de la cosa que me causa tristeza, que me da tristeza.
El afecto de tristeza está envuelto por una afección. ¿Qué es la afección? Es la imagen de la cosa que me da tristeza. Esa imagen puede ser muy vaga, muy confusa. Eso no importa. He aquí mi pregunta: ¿por qué la imagen de cosa que me da tristeza envuelve una disminución de la potencia de actuar? ¿Qué es la cosa que me da tristeza?


La cosa que me da tristeza es la cosa cuyas relaciones no convienen con las mías. Eso es la afección. Toda cosa cuyas relaciones tienden a descomponer una de mis relaciones o la totalidad de mis relaciones me afecta de tristeza.

¿Qué pasa cuando encuentro un cuerpo cuya relación no se compone con la mía?
Yo diría que ocurre un fenómeno que es como una especie de fijación. Es decir, una parte de mi potencia es enteramente consagrada a investir y a localizar la huella sobre mí del objeto que no me conviene. Es como si tensara mis músculos.


He aquí lo que quiere decir que mi potencia es disminuida. No es que tenga menos potencia, es que una parte de ella es sustraída, en el sentido de que está necesariamente afectada a conjurar la acción de la cosa.

Lo que me interesa es que para Spinoza en la experiencia de la alegría jamás hay lo mismo que en la tristeza. No hay para nada un investimiento. Y vamos a ver por qué. En la experiencia de alegría no hay investimiento de una parte endurecida que haría que una cierta cantidad de potencia sea sustraída a mi poder. ¿Por qué? Porque cuando las relaciones se componen, las dos cosas cuyas relaciones se componen forman un individuo superior, un tercer individuo que las engloba y que las toma como parte.

Cuando estos autores –vale también para Nietzsche- hablan de la potencia tienen en la cabeza algo que no tiene estrictamente nada que ver con la conquista de un poder cualquiera. Spinoza habla de aumento y disminución de potencia, Nietzsche de la voluntad de potencia. Lo que Nietzsche llama afecto es exactamente lo mismo que lo que Spinoza llama afecto, a saber, las disminuciones o los aumentos de potencia. Es sobre este punto que Nietzsche es spinozista. Sin duda. Ellos dirán que el único poder es finalmente la potencia; aumentar la potencia y precisamente componer relaciones tales que la cosa y yo, que componemos las relaciones, ya no seamos más que dos subindividualidades de un nuevo individuo, de un nuevo individuo formidable.

Pero hay personas que cultivan la tristeza. Esa denuncia va a recorrer la Ética. Hay personas que son tan impotentes… Son esos los peligrosos. Son esos los que toman el poder. Y tan lejanas son las nociones de potencia y de poder. Las personas del poder son impotentes que no pueden construir su poder más que sobre la tristeza de los otros. Tienen necesidad de la tristeza. En efecto, no pueden reinar más que sobre esclavos, y el esclavo es precisamente el régimen de la disminución de potencia. Hay personas que no pueden reinar, que no adquieren poder más que por la tristeza e instaurando un régimen de la tristeza del tipo “¡Arrepientete”, del tipo “Odien a alguien y si no tienen a nadie, ódiense a ustedes mismos”, etc. Todo lo que Spinoza diagnostica como una especie de inmensa cultura de la tristeza, de valorización de la tristeza. Todos los que les dicen: “Ah, pero si no pasan por la tristeza, no progresarán”.


"En Medio de Spinoza", Deleuze, Editorial Cactus

Foto: de Manuloop

4 comentarios:

  1. Hermano te dejo un comentario por acá. En realidad es una frase del maestro Arturo que quería compartir con vos: "El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza." Arturo Jauretche.

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  2. Que genio mati!! Me encanto! Pasame ese libro! Que grande Jauretche!
    Vamo arriba!
    Un abrazo gigante hermano

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  3. dice Rosi Braidotti que la potentia es hacia afuera una transposicion de bio/zoe .Con el cuento de lo bio-logico y la topologia de la conducta la hegemonia del discurso medico nos coloniza el pensamiento.
    La tristeza no nos tiene que asustar salvo si se ritualiza.En todo caso diria que las afectaciones van y vienen y en sus devenires la produccion de subjetividad se plasma segun las redes que alimentemos
    Te felicito por el blog

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