Felix Guattari



Desde la más temprana edad, las victimas del capitalismo y del “socialismo” burocrático están atormentadas por una angustia y una culpabilidad inconscientes que constituyen uno de los engranajes esenciales para el buen funcionamiento del sistema de autosometimiento de los individuos a la producción. El policía y el juez interno quizás son aún más eficaces que los ministros del interior y justicia. La obtención de este resultado descansa en el desarrollo de un antagonismo acentuado entre un ideal imaginario que se inculca por sugestión colectiva a los individuos, y una realidad totalmente distinta que los espera en la esquina.

El resultado de este trabajo es la producción en serie de un individuo que estaría también mal preparado para afrontar las pruebas importante de su vida. Tendrá que enfrentar la realidad completamente desguarnecido, solo, sin recursos, obstaculizado por toda esta moral y este ideal estúpido que se le ha endilgado y del que no puede deshacerse. Ha sido, de algún modo, fragilizado, vulnerabilizado, ya esta maduro para aferrarse a todas las cochinadas institucionales que se han tenido para acogerlo: la escuela, la jerarquía, el ejercito, el aprendizaje de la fidelidad, de la sumisión, la molestia, el gusto por el trabajo, la familia, el sindicato, y aquí me paro...

Cualquier cosa se le constituirá en un problema: un nuevo nacimiento, o "eso no anda bien en el colegio", o bien "los más grandes se aburren y molestan", las enfermedades, los casamientos, la vivienda, las vacaciones, todo esta sujeto a llenarse de mierda.


"Todos somos grupúsculos" de Felix Guattari, en Psicoanalisis y transversalidad


Pintura: Francis Bacon



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