Imagen-percepción / imagen-acc
ión / imagen-afección





¿Qué es lo que puede llegar sobre ese plano de inmanencia? No es otra cosa que el conjunto de las imágenes-movimiento en interacciones. Plano de inmanencia o pantalla. Como decía alguien, espiritualmente es la pantalla total. Eso no los hace reír. Las chicas saben lo que es la pantalla total, pero los muchachos… ¿qué puede pasar? vuelvo aquí sobre Bergson, pero de cierta manera eso ya estaba en Bergson, capítulo I de Materia y Memoria. Bergson no emplea el término de plano de inmanencia, no emplea la palabra, pero poco importa. Sobre ese plano de inmanencia, debemos constatar que hay ciertas imágenes particulares. Atención, cuando se hace filosofía uno no tiene el derecho de cambiar las condiciones de un problema. El nos dice: de acuerdo, sobre ese plano de inmanencia hay ciertas imágenes particulares. Bueno. Hay una cosa en la que no tiene derecho, ha supuesto que hay imágenes particulares, el no tendría derecho de definirlas en términos distintos a los que implican el plano de inmanencia. Ahora bien, el plano de inmanencia implica únicamente: imagen, acción, reacción. Eso forma un conjunto puesto que las acciones y las reacciones no se distinguen de las imágenes. Las imágenes-movimiento son el conjunto de las acciones y las reacciones que ejercen las unas sobre las otras. Es por eso que ellas varían continuamente. Entonces si digo que hay imágenes privilegiadas, particulares, no tengo derecho a decir de golpe que ellas tienen un alma, que tienen una conciencia. Yo no se lo que es la conciencia, mi plano de inmanencia no implica la conciencia. ¿Cómo voy a definirlas? Bergson las define de una manera sorprendente. Nos dice que son imágenes que se presentan únicamente entre las acciones que ellas sufren –por parte de otras imágenes-. Yo, imagen, yo recibo las acciones, de otras imágenes, y tengo las reacciones sobre otras imágenes. Acción-reacción: imagen-movimiento. Imagen-movimiento, eso quiere decir conjuntos de acciones y reacciones. Y bien, hay imágenes muy raras porque, entre la acción que sufren, que reciben, y la reacción que ejecutan, ¿qué hay? Justamente no hay nada. Es decir hay un intervalo. ¡Hay un intervalo!

En el caso de las otras imágenes ustedes tienen, al contrario, -he aquí mi imagen- que ella recibe una acción venida de otra imagen, y ella reacciona. Una hoja de árbol, el viento, el viento es una imagen, el viento, la hoja de árbol, la hoja del árbol cae, arrancada por el viento. O bien, si ella se sostiene es en función de otra imagen, su pedúnculo, y ella se agita. La reacción se encadena con la acción. Hay ahí imágenes muy especiales. Supongan que hay imágenes muy especiales, reciben las acciones y la reacción es retardada. Ustedes ven que no introduzco nada nuevo, únicamente introduzco, y mi plano de inmanencia me lo permite… y yo digo que es curioso, hay intervalos, yo introduzco un intervalo, es decir, literalmente nada, entre una acción y una reacción. Hay intervalos, hay ciertas imágenes tales que cuando reciben una acción, ellas no reaccionan enseguida. Necesitan esperar. He aquí un nuevo concepto: intervalo. El plano de inmanencia no comprende solamente las imágenes en acciones y reacciones constantes y perpetuas, comprende también intervalos entre las acciones y las reacciones.

Pongo todas mis pequeñas imágenes, mis infinidades de imágenes. Y después mis imágenes particulares, para simplificar, meto dos. Tengo el derecho, una vez más, de tenerlas puestas sobre mi plano de inmanencia, puesto que, nada, yo no introduzco más que un desvío entre una acción y una reacción. Si se me pregunta ¿de dónde viene esa desviación? No se, de eso no se nada, por el momento no pensemos en eso. Aceptenme esa desviación puesto yo no me doy nada distinto a la acción y la reacción, no he introducido nada fácil. Muy importante, la ley de la filosofía y de los conceptos es evitar cualquier operación de prestidigit ación donde se hile bajo algo que uno no tendría el derecho de darse. Solo he introducido una desviación, simplemente, una vez más, ¿qué es lo que ese desvío introduce de nuevo?


Según Bergson introduce tres cosas nuevas. Primera cosa nueva: mi plano no cambia, simplemente comprende esas imágenes particulares, sigue siendo el plano de inmanencia de todas las imágenes posibles, pero entre todas las imágenes posibles, son posibles tales imágenes. Si son posibles son reales, en función del ser originario. ¿Qué pasa? ¿en qué sentido constituirán imágenes privilegiadas? Es que, sin duda, todas las otras imágenes continúan variando las unas en función d e las otras, sobre todas sus caras y en todas sus partes, eso continúa, no desaparece, continúa, el mundo continúa. Pero, al mismo tiempo, algo va a llegar al plano de inmanencia. Al mismo tiempo eso no suprime nada de lo que acabo de decir, el plano de inmanencia continúa igual, pero algo más se le une. La primera cosa que se le unirá, todas las otras imágenes continúan variando las unas por las otras, las unas en función de las otras, pero también, al mismo tiempo, ellas se organizan de manera que todas varían, o al menos una parte de ellas –hay que precisar lo que quiere decir “una parte de el las”- una parte de ellas se pondrán a variar en función de la imagen privilegiada. En otros términos, un segundo sistema se une, no anula, pero se une al primer sistema. De una parte las imágenes continúan variando las unas respecto a las otras en todas sus caras y en todas sus partes, pero de otra parte, al mismo tiempo, un cierto número de esas imágenes se ponen a variar respecto de la imagen privilegiada y en función de la imagen p rivilegiada. ¿Cuáles imágenes? Digo que ciertas imágenes se ponen a variar. En efecto, bastará que la imagen privilegiada se desplace, para que cierto número de imágenes varíen en función de ese desplazamiento. He aquí que las imágenes ya no pertenecen so lamente a un sistema en el que ellas varían las unas respecto de las otras, pertenecen a otro sistema en el que ellas varían respecto de una imagen privilegiada definida por el intervalo, es decir que constituye un centro. Centro en función del cual las imágenes que actúan sobre esta imagen privilegiada, varían. Todas las imágenes que actúan sobre e sta imagen privilegiada variarán en función de esta imagen privilegiada que, entonces, es erigida como centro. ¿Centro de qué? Centro de percepción.



Esto no anul a el primer sistema de variación universal. Añade al sistema de variación universal otro sistema en el que ellas varían, en función del centro. Este centro es definido únicamente como el intervalo entre acción y reacción, por eso Bergson podrá llamarlo centro de indeterminación. Es un centro de indeterminación pues se define únicamente por esto: la reacción no se encadena inmediatamente con la acción sufrida. Desde que usted tiene un tal centro de indeterminación, el mundo de las imágenes, o un cierto número de imágenes se organizan mostrando ciertas caras hacía el centro privilegiado. El centro privilegiado será llamado: percibir, percibe. Y en efecto, que perciba, ¿qué tiene de extraordinario? ¿Qué quiere decir que hay intervalo entre la acción y la reacción, que hay intervalo entre la acción sufrida y la reacción ejecutada? Quiere decir que esta imagen es constituida de manera muy especial. Ella ha condenado algunas de sus partes. Algunas partes de esta imagen especial han adquirido una inmovilidad relativa. Todo pasa como si ciertas partes de esta imagen privilegiada hubiesen adquirido una inmovilidad relativa. Y al mismo tiempo, otras partes de la imagen privilegiada han adquirido una fuerza activa desarrollada, una posibilidad de movimiento desarrollada. Es una especie de compensación. En lugar de tener acción-reacción, tienen las acciones recibidas que son captadas por las partes de la imagen que han adquirido una inmovilidad relativa, las reacciones ejecutadas son ejecutadas por las partes de la imagen que han adquirido grados de libertad o de potencia particulares. Eso está comprendido en el intervalo, es el efecto inmediato del intervalo. Si ustedes se dan un intervalo entre acción y reacción, ustedes ya no tienen encadenamiento directo de la acción sufrida y de la reacción ejecutada, es decir que la acción sufrida será recogida sobre ciertas caras de la imagen privilegiada, y estas caras son condenadas a una inmovilidad relativa para recibir la acción, para recibir la excitación, y la reacción ejecutada que se hace esperar, la reacción retardada, estará asegurada por otras partes de la imagen, que ellas, de golpe, disponen de grados de libertad superiores. Todo eso es el fenómeno del desvío. ¿Qué tengo, entonces? Si me doy esas imágenes privilegiadas definidas por el desvío entre la acción y la reacción, tengo ya dos efectos. Primer efecto: las imágenes que actúan sobre esta imagen privilegiada se curvan, de alguna manera, es decir se ponen a variar en función de la imagen privilegiada. Se dirá que la imagen privilegiada percibe. Hay imágenes-percepción. Las imágenes-percepción, son las imágenes, en tanto que ellas no varían ya las unas en función de de las otras sobre todas sus caras y en función de sus partes, las imágenes-percepción serán las imágenes en tanto que ellas varían respecto a una imagen privilegiada, es decir respecto a un centro de indeterminación. He aquí que sobre mi plano de inmanencia, dispongo de imágenes-percepción. La imagen-movimiento ha devenido imagen-percepción respecto al centro de indeterminación. ¿Qué implica eso? Una vez más, el centro de indeterminación está constituido de tal suerte que algunas de sus partes han adquirido una inmovilidad relativa, lo que se llamaría en nuestro lenguaje: órgano de los sentidos. Es por esas partes inmovilizadas relativamente, que la imagen privilegiada percibirá las excitaciones…


Si tomo otro centro, se hará la misma operación. No salgo del plano de inmanencia. Todo eso se hace sobre el plano de inmanencia. No tengo simplemente un mundo de imágenes-movimiento en variación perpetua, en variación universal, tengo imágenes-percepciones alrededor de centros de indeterminación, en variación respecto al centro de indeterminación.
Segundo punto: ya casi lo he dicho. La imagen privilegiada ha condenado algunas de sus partes a la inmovilidad para, precisamente, transformar las imágenes-movimiento en imágenes-percepción. Eso no impide que las imágenes-movimiento continúen su asunto. Simplemente al sistema a-centrado del plano de inmanencia se le añade un sistema centrado. No lo ha suprimido. Vuelvo a mi asunto del intervalo. Entonces las partes inmovilizadas, reciben la excitación recibida, y la imagen privilegiada no reacciona enseguida: intervalo. Y es en ese momento que Bergson se vuelve genial, ese intervalo es el cerebro. El cerebro es, simplemente, un intervalo entre la acción sufrida y la reacción ejecutada. No es difícil. Es la materia del cerebro, es la materia-intervalo.

¿Qué quiere decir eso? Eso quiere decir que cuando tenemos un cerebro, en lugar de recibir una excitación que se encadenará con la reacción, hay un intervalo, hay un corte. ¿Cómo se hace este corte? Porque el cerebro como materia, como materia extremadamente compleja, asegurará una especie de dispersión de la excitación recibida, el cerebro será un analizador. El va, con una excitación, el va a traducirla en micro-excitación y entonces tengo el tiempo. Gano tiempo. Entonces eso puede justificarse materialmente, pero ustedes lo han dicho cuando ustedes dicen que el cerebro es un intervalo. El cerebro no es otra cosa que el intervalo entre las acciones que ustedes sufren y las reacciones que ustedes van a ejecutar. En otros términos, ese intervalo, y la inmovilización de las partes receptivas, ¿Qué les permite? Ganar tiempo. Pero ¿para qué? para organizar una reacción que, por naturaleza, será imprevisible. Ustedes ganan tiempo, ustedes pueden entonces reaccionar de una manera que se llamaría inteligente, pero ¿eso es lo que cuenta? ¿qué es una reacción inteligente? Una reacción inteligente es una reacción que se ha tomado un tiempo, cuando usted no estaba forzado a encadenar las reacciones a la acción sufrida. Usted ha tenido el tiempo, el cerebro ha asegurado la división de la excitación recibida en micro-excitaciones y entonces usted puede hacer una integración de las micro-excitaciones, usted puede integrarlas en un comportamiento inesperado, imprevisible, que intercepta, que interceptará para la excitación recibida, o que responderá a la excitación recibida o que va a responder a la excitación recibida, en lugar de encadenarse con ella. Solo se necesita ese pequeño fenómeno del desvío cerebral. Entonces yo diría: en lugar de que la reacción se encadene a la acción sufrida, la reacción innova respecto a la acción sufrida, es ella la que devendrá una verdadera acción. Y yo diría que esas imágenes privilegiadas, actúan. No se contentan con reaccionar a las excitaciones sufridas, ellas actúan, es decir que la excitación sufrida ha devenido excitación percibida, ellas podrán responder a la excitación percibida, por una conducta llamada adaptada. En otros términos tenía todo hace un momento, en función del centro de indeterminación de las imágenes-percepción, tengo ahora las imágenes-acción. Sobre mi plano, resumo, he aquí mis imágenes privilegiadas, tomo dos. Yo diría que la incursión de otras imágenes alrededor del centro de indeterminación de la imagen privilegiada constituirá las imágenes-percepción sobre el plano de inmanencia. Segundo aspecto: la acción sufrida que es retenida por la parte inmovilizada, es decir el órgano de los sentidos, permitirá, gracias a ella, una respuesta consistente en una acción nueva, en respuesta adaptada, y aquí tenemos una imagen-acción, allá una imagen-percepción. Un último esfuerzo, pues todavía hay algo más que pasa: todo reposa sobre el intervalo. Ahí tienen ustedes un primer término del intervalo: dos excitaciones son bloqueadas sobre las superficies de la imagen relativamente inmovilizada, una acción adaptada nueva sale gracias al desvío. Pero entre las dos ¿Qué puede pasar? ¿qué se desliza entre las dos, qué viene a insertarse entre estos dos polos: La excitación recibida y la acción que servirá de respuesta? ¿Lo que se desliza, lo que se introduce, lo es, en qué caso? Por ejemplo cuando la excitación penetra. Ahí tienen ustedes: órgano de recepción de la imagen privilegiada, tienen: órgano motor de la imagen privilegiada. ¿Qué se desliza entre la percepción y la acción? En la excitación, sucede que la excitación penetra la imagen privilegiada, pasa adentro. Se inserta entre la superficie de recepción y las superficies de acción o de reacción. Lo que pasa, eso que penetra en la imagen privilegiada, es lo que ella llamaría, si supiese hablar, ella llamaría una afección. Eso es lo que viene a introducirse en el desvío: una afección. Y eso no es ya un yo percibo, ya no es un yo hago, o más bien x, centro de indeterminación, y no es un “x hace”, es “yo siento”, “x siente”. ¿Qué siente? Siente algo en él. Se capta del adentro. ¿Qué es lo que él se capta del adentro? se capta del adentro como penetrado por tal excitación que desde entonces, cuando ha penetrado en el centro de indeterminación, en la imagen privilegiada, se llamará una afección. Se siente del adentro. Y es ese sentir interior lo que se llama una afección.

Bueno, resumo todo. He partido de un plano de inmanencia definido por la imagen-movimiento o por el conjunto infinito de las imágenes-movimiento. Eso subsiste, no se suprime. Pero en el plano de inmanencia de las imágenes-movimiento se forman o están dados, poco importa, centros de indeterminación, únicamente definidos por desvíos entre acción y reacción. Si ustedes se dan tales centros de indeterminación definidos por los desvíos acción-reacción, las imágenes-movimiento del plano de inmanencia dan lugar a tres tipos de imágenes y solamente a tres. Estamos seguros, ya hemos hecho todo, puesto que se da el desvío, se da un lado del desvío y el otro lado del desvío y el “entre los dos”. Entonces estamos seguros que está completo, a menos que alguno de ustedes tenga de golpe una idea formidable, y que proponga una cuarta. Pero no veo como, un desvío tiene dos límites y una nada entre los dos. Y eso que se inserta entre los dos, en la nada, es la imagen-afección: me conozco del adentro. Centro de indeterminación, puedo decir: percibo el mundo, puedo decir: actúo sobre el mundo, puedo decir: experimento y siento. Imagen-percepción, imagen-acción e imagen-afección.


Clase de Deleuze 1983. Imagen- tiempo. Imagen-Movimiento


(Traducción: Ernesto Hernández B.)


Fotos: Pelicula "Film", Samuel Beckett.


Nietzsche y Spinoza


Clase de Deleuze


¿Qué significa un estado de vida? Un estado de vida, siempre es relativo. Quiero decir un estado de vida siempre es un paso, de hecho no hay estado de vida, hay pasos de un estado a otro. Los pasos de un estado a otro son pasos de estado, y pueden hacerse en dos sentidos: paso a un estado que envuelve una más grande potencia de vida, fuerza de vida, o paso a un estado que envuelve menos fuerza de vida. Cualquier paso en el sentido de aumento o disminución se llamara un afecto. Los afectos son pasos. El afecto que aumenta una fuerza de vida, Nietzsche habla frecuentemente de este, le da un nombre particular, lo llama ebriedad. La ebriedad, no es beber, no es la droga, si bien Nietzsche hace alusión a la bebida y la droga, algunas veces. ¿Eso produce tales aumentos o no? ¿Esos aumentos se pagan con una considerable disminución? etc.... todos esos problemas, es necesario, habría que verlos en cada caso. Pero él llamará ebriedad a cualquier intensificación, cualquier proceso de intensificación que aumente la potencia de vida. Más mi potencia de vida, ven entonces ustedes, yo elijo por mi, yo, todo depende de cada uno, lo importante es que uno decide, algo así como: vale más que una potencia de vida aumente más bien a que ella no disminuya

Hombre, hay gente que no sabe ver, si, son los mismos en los cuales la potencia de vida disminuye constantemente, decrece... mientras más aumenta mi potencia de vida, más apto soy para percibir y percibir más cosas. ¿Quién ha dicho eso? ¡Spinoza! Spinoza lo dice permanentemente, y, es sobre este punto que Nietzsche dirá: no tengo más que un predecesor, es Spinoza.

Percibir lo que no tiene forma, ah, hombre, eso comienza a ser interesante, es más difícil. ¿Qué es lo que no tiene forma? Por ejemplo, es lo que está entre dos cosas, percibir entre las cosas

¿Qué es ética? Eso quiere decir, y Spinoza ha definido siempre así a la ética, ética quiere decir: que cada uno de nosotros, hasta donde le es posible hacerlo, haga que su potencia de existir aumente al máximo, y al mismo tiempo que cada uno de nosotros, tanto como lo sea en él, es decir tanto como le sea posible, en virtud de las circunstancias objetivas, pero quiero decir esto también para un moribundo... vale para un enfermo, vale para, que cada uno de nosotros, tanto como este en él, se esfuerce en devenir apto para percibir más cosas. Yo diría, eso, es el dominio de la potencia.


PRODUCCIÓN BORNORONI de Carlos Bergliaffa y Sebastián Puente



PRODUCCIÓN BORNORONI de Carlos Bergliaffa y Sebastián Puente


Relato degenerado del encuentro con un loco


Nuevo libro editado por la "Editorial Cactus"


Carlos Bergliaffa, pasante psicoanalista, conoció a Lucrecio Roberto Bornoroni, esquizofrénico paranoide, en una clínica psiquiátrica de Córdoba en 1993. Doctor, ayúdeme a construirme un motor, le dijo Roberto a Carlos la primera vez que se le acercó. Y hasta allí llegaron las etiquetas y los roles, que comienzan a diluirse en las convergencias, en la multiplicación y extensión de los delirios, que quedan rezagados por la velocidad del movimiento pero intentan a veces volver travestidos a tomar lo que se les escapa.

Carlos Bergliaffa, psicoanalista, conoció a Sebastián Puente, editor y sociólogo, a través de Cactus en el 2006. Editor, ayúdeme a construirme un libro, no fue exactamente lo que le dijo Carlos a Cactus, pero estuvo cerca, la primera vez que se le acercó. Y hasta allí llegaron las etiquetas y los roles que comienzan a diluirse en las convergencias, en la multiplicación y extensión de los delirios en una situación en la que ya no puede decirse quién habla, quién narra, quién escribe, quién edita.

Producción Bornoroni es el relato degenerado del encuentro entre Carlos Bergliaffa y Lucrecio Roberto Bornoroni. Es por necesidad un relato degenerado. La novela, el caso clínico, el manual técnico, el policial, el diario, el relato histórico y la denuncia, se alternan, mixturan y yuxtaponen para dar cuenta de la intensidad de esa experiencia y fabricar un testimonio en condiciones en que este no puede ser un mero acto de transmisión.








Presentación



[Etimología de músico]
Occursus significa encuentro, y también ir al encuentro. Aparece en el lugar de inventio, pero en el sentido pre-moderno de la palabra, que no tiene nada que ver con el de creación sino justamente con el de encuentro, hallazgo, investigación: in venire, ir al encuentro, al occursus. El occursus es el fin de la inventio. En la teoría musical medieval el occursus es una de las tres partes constitutivas de la música polifónica: las voces corren dispares pero se encuentran en el occursus, deben hacerlo.

Disparidad
Llega un mail desde Córdoba. Un tipo con el que no tenemos mucho que ver tiene un escrito sobre una experiencia de la que no tenemos mucha noticia, en un paraje bastante desconocido para nosotros, involucrando una actividad que ni siquiera conocemos por los libros. Sin práctica ni noción común. Le habían gustado unos prólogos nuestros y quiere ver qué podemos hacer con su escrito.
Llega un mail desde Córdoba, como antes llegó un libro desde Buenos Aires. Un afuera relativo. Alguien reclama un conector. Son dos órdenes en estado de disparidad.

Tensión
Como se estila en este tipo de aproximaciones, se comienza por un café. La actual teoría de la información nos anoticia que entre dos reales dispares sólo puede existir una cosa: tensión. Esto tiene un lado subjetivo, que queda en el anecdotario, pero que envuelve una dimensión muy viva del occursus: ¿cómo se encuentran dos cuerpos? Alguien dice –en contra del decir común– que los occursus de frente son los peores. El lado objetivo es aquel por el que la tensión puede alumbrar su problemática inherente y asumir toda su positividad.

Signos
¿Cómo se encuentran dos cuerpos? Como pueden. Hasta los occursus más «puros» y «naturales» son un campo de batalla. Boca contra teta (pero si compone es una fiesta). Cuando no conozco nada del cuerpo que se me enfrenta, genero signos sobre él. Menos lo conozco, más lo lleno de signos. Y viceversa. Es una continua especulación. ¿Qué me habrá querido decir?, ¿cuál será su intención?, ¿qué es lo que aún no me ha dicho? Cada signo reclama otro signo, y la sociedad es una inmensa fábrica. En el extremo de la sutileza invocamos un inexpresado como signo de los signos. Oscuridad total.

Relaciones diferenciales
Estos signos parecen muy variables, pero en el fondo responden a coordenadas muy precisas y obvias de tan difundidas, a un mismo orden de realidad, el de una profunda pobreza del ser. Y ahí se sabe muy bien qué papel es de cada quién, hasta donde se puede llegar, cada loco con su tema. Por el contrario, cuando una intensidad se filtra y desgrana una partícula-nómada, o al menos transeúnte, los signos se ven desbordados, ya no somos variables especificables, x e y. Lo que se espera de cada quien, y lo que uno mismo espera de sí, no ocurren. Nos sorprendemos en algo de los que no nos creíamos capaces. Hay una clave de selección de los occursus en las relaciones diferenciales.

Despeje
Y aquí los papeles estaban desboradados. ¿Qué hubiera hecho un psicólogo con un loco?, ¿qué hubiera hecho un loco con un psicólogo?, ¿qué hubiera hecho un editor con un libro?, ¿un libro con un editor? Nadie sabía de antemano qué hacer. En este caso, por suerte, contábamos con un elemento muy preciado para el occursus, una materia que percibíamos como no formada pero expresiva, viva, hablante, un material de trabajo. Contábamos con el relato de una experiencia. Pero como en todo, los signos se mezclan «espontáneamente» con el hecho, lo «informan». Había que despejar ese fárrago. Buscar el hecho –del occursus– tras el signo.

Materia
¿Qué se puede hacer con una materia? Desde siempre se pueden hacer varias cosas. Hay una cosa bastante clásica, pero no por ella menos difundida. Una materia se puede moldear o modelar en relación a una forma, se le puede imponer consistencia y estabilidad mediante una idea previa o armada sobre la marcha, pero siempre en una operación donde lo que importa está al inicio y al final. Tenemos esto, llevémoslo a aquello. En el caso de Producción Bornoroni, fruto de nuestros límites comunes, no teníamos ni un «esto» ni un «aquello». Pero teníamos materia y buscábamos una técnica a la que someternos.

Medio
Se trataba de inscribir una nueva escritura tras varias escrituras que ya se hallaban entremezcladas. Pero no como quien hace adquirir forma a una materia, sino más bien como quien la modula. Lo importante entonces ya no es lo que «tenemos» al principio y al final, sino lo que está en el medio. Pero lo que está en el medio no lo está por cronología, sino por un modo de habitar las cosas. El medio es el lugar por el que las cosas toman velocidad. ¿Pero entonces qué es modular una materia de escritura?

Diagrama/Enunciado
Hay una operación previa y simultánea al acto de escribir. Borrar. Y cuando no nos damos cuenta a tiempo, remover. Hay que remover lo que dijimos y diremos «espontáneamente», en forma y contenido. Hay formas de expresión y de contenido que se nos filtran continuamente: signos que nos dicen la experiencia. Una pregunta clave de los occursus: ¿cómo crear un enunciado de la experiencia? Pero aquí la partícula de guarda toda su carga posesiva, debe ser verdaderamente de la experiencia.

Velocidades
Si con frecuencia la letra mata al espíritu, ¿cómo hacer para que lo enunciado sea de la experiencia? Hay en esta historia un tema de velocidades y lentitudes, en contenido y expresión. Pero para que esto funcione se necesita un monstruo, o varios, una mano-escritora que se vuelva loca, y una significación común que surgirá cuando una operación de individuación (nombre técnico del monstruo) descubra la dimensión según la cual los reales dispares pueden componerse y entrar en resonancia interna.
Amistad

Esta escritura pone en juego al lado de cuestiones técnicas, todo un ramillete de afectos, tanto pasiones como acciones. Y no es sólo lo que va quedando plasmado en papel, sino lo que va escribiéndose también de otras maneras, ya que los occursus tienen muchas y variadas dimensiones. Hay una dimensión amistosa que puede ser pensada como ingrediente necesario de los occursus. Y ya no es tanto una amistad entre personas, o más bien no es sólo entre personas. El occursus se hace más rico entre amigos.

Intensidad
Partimos de una disparidad, y dijimos que sin ella no hay occursus. Pues, cualquier físico lo sabe, porque existe disparidad existe energía creadora. La problemática que le era inherente halló aquí una resolución. La escritura-libro que presentamos con Producción Bornoroni es una individuación que resuelve una disparidad, pero no para eliminarla sino para llevarla a un nuevo nivel o fase. Pues la vida es tensión (tragedia afirmativa, no dialéctica) y la muerte es su eliminación. Esta es toda la apuesta que nos lleva y que funda esta serie, mantener intensa una experiencia.



Foto 1: Los autores de Producción Bornoroni, Sebastián Puente y Carlos Bergliaffa, en la presentación rosarina.


Foto 2: de Manuloop. Ver http://www.fotolog.com/manuloop


http://www.editorialcactus.com.ar/

Micropolítica


Micropolítica

Entrevista a Suely Rolnik


Buenos Aires, enero 2006 - Por Colectivo Situaciones

(Fragmentos)



Suely Rolnik: (...) En la ciudad que vivimos, con el desarrollo de las tecnologías de la comunicación a distancia y la urbanización, cada uno de nosotros es atravesado por una infinidad de fuerzas m
uy variables: esto hace entrar en crisis a la subjetividad mucho más frecuentemente porque las referencias se vuelven precarias y volátiles. Uno se ve así fragilizado. Y esa fragilidad por sí misma no tiene nada de malo; por el contrario: es el corazón mismo de la creación de realidad subjetiva y objetiva. Es cuando te sentís frágil y cuando tus referencias no hacen sentido alguno que te ves forzado a crear. Como dice Deleuze: uno no crea porque es lindo o porque quiere ser famoso, sino porque está forzado, porque no tiene otra solución que hacerlo. Se trata de crear sentido para lo que ya está en tu cuerpo y que no coincide con las referencias existentes, de recrear tus relaciones con el entorno, tu modo de ser. Esta fragilidad, que es tan importante política y éticamente, es la verdadera salud: hacerse cargo de esta fragilidad en vez de huir de ella. Sin embargo, esta fragilidad es muy mal vista por una tradición muy antigua –el régimen identitario– que organiza la subjetividad a partir de una imagen estable de sí misma, como si fuese una unidad cerrada. Entonces, esa fragilidad es vivida como una especie de colapso de uno mismo. Toda la subjetividad moderna, comenzando en el cartesianismo, se construyó en base a recusar esta fragilidad. En la estructura psíquica que heredamos de varias generaciones, la fragilidad no tiene lugar, lo que tu cuerpo vibrátil –como yo le llamo – capta del entorno queda recortado, porque tenés que estar siempre muy bien, estable, funcionando.

Colectivo Situaciones: Entonces, ¿qué dirías del modo de producción de subjetividades en la época del neoliberalismo?


Suely Rolnik: Como todos sabemos, el neoliberalismo ha sido una respuesta a los movimientos poderosísimos de los años 60 y 70 (mi generación) en todo el mundo. Nosotros no teníamos idea del tamaño del agujero que estábamos haciendo, de la crisis que estábamos provocando. Es cierto que nosotros queríamos hacer la revolución total, pero no teníamos idea del poder de crisis que tenía todo eso. El neoliberalismo es la solución del capitalismo, la respuesta a una crisis que ha sido cultural, subjetiva, social, política y económica. La respuesta a la crisis que el capitalismo encontró fue instrumentalizar exactamente lo que había sido inventado por esos movimientos: la política de subjetivación y, al mismo tiempo, las formas culturales y de resistencia que habían sido creadas por esa generación. Tenemos que ver un poco la historia. Yo hablé del sujeto moderno que se constituye en el siglo XVIII. A fines del siglo XIX empieza a entrar en crisis esta política de subjetivación identitaria, por todas las razones que ya mencioné. Pero una razón especial son las mujeres: cuando entran en el mercado de trabajo, en la vida pública, son las que viven más violentamente los cambios que están aconteciendo en el mundo a fines del siglo XIX. Es primero a las mujeres a quienes se les vuelve imposible tener una subjetividad que pueda organizarse según las representaciones de la percepción formal de la realidad. Lo que entra en crisis aquí es la facultad de la percepción, la cual nos permite aprehender el mundo en tanto formas para, en seguida, proyectar sobre ellas las representaciones de que disponemos, y así atribuirles sentido. Esta capacidad, que nos es más familiar, está asociada al tiempo, a la historia del sujeto y al lenguaje. Es en torno a ella que se yerguen las figuras del sujeto y el objeto, claramente delimitadas y manteniendo entre sí una relación de exterioridad. Esta capacidad, que según la neurociencia es lo propio de un nivel cortical de la sensibilidad es la que permite mantener un mapa de representaciones vigentes, de modo que nos podamos mover en un escenario conocido en el que las cosas permanecen en sus debidos lugares, y guarden una mínima estabilidad. Lo que las mujeres tienen necesidad de activar es lo que yo llamo el cuerpo vibrátil, que supone una capacidad totalmente diferente de nuestra subjetividad pero también más desconocida, debido a la represión histórica a que ha sido sometida.

Según las últimas investigaciones de la neurociencia, incluso, se trata de una capacidad subcortical presene en todos nuestros órganos de sentido y por lo tanto irreductible a la percepción. Esta segunda capacidad nos permite aprehender el mundo en su condición de campo de fuerzas vivas que nos afectan y se hacen presentes en nuestro cuerpo como sensaciones. El ejercicio de esta capacidad está desvinculado de la historia del sujeto y del lenguaje. Con ella, el otro es una presencia viva hecha de una multiplicidad plástica de fuerzas que pulsan en nuestra textura sensible, tornándose parte de nosotros mismos. Se disuelven así las figuras del sujeto y el objeto, y con ellas la separación del cuerpo respecto del mundo. Por ejemplo, si yo te miro sólo con mi capacidad de percepción lo que veo es una forma que rápidamente asocio con mis representaciones y así puedo ubicarte inmediatamente como: argentino, hijo de desaparecidos, militante de tal grupo, etc. En dos minutos ya estás ahí, fuera de mí. Pero si yo pongo en actividad esa capacidad otra de todos los órganos de sentido, del ojo, del tacto, del olfato, de la escucha, tu presencia viva como conjunto de fuerzas me afecta y pasas a ser una sensación en mi propia textura sensible, como si fueras parte de mi cuerpo. Pero esto no es una metáfora, es real. Todo el tiempo se acumulan sensaciones porque todo el tiempo estás vulnerable al entorno y llega un momento en que toda esa novedad ya no puede ser expresada a través de las representaciones. Esa es la paradoja que te fuerza a crear: uno se siente forzado a expresar lo que ya es una realidad sensible pero que no está todavía actualizada en la realidad concreta. Y esa es la cosa más importante del proceso de subjetivación porque es la dimensión donde el otro existe como presencia viva y real en tu cuerpo, obligando a replantear todo, todo el tiempo. Y no por una cuestión ideológica, sino por un proceso mucho más primitivo e incontrolable.







Colectivo Situaciones: El problema que tenemos es cómo las prácticas que se niegan a creer en la promesa consiguen mantenerse ligadas a la trama vibrátil que el neoliberalismo aliena a la vez que clona con su promoción de “pseudomundos”, para decirlo con tus palabras. ¿Cómo producir nuevos sentidos entre quienes no se identifican de manera activa o positiva con esa promesa, o que incluso la rechazan? En los hechos, lo que sucede, es que quienes con más fuerza persisten en el rechazo son quienes más sienten los efectos aniquiladores de la maquinaria. Si uno ve lo que sucede hoy con lo que fue el movimiento piquetero puede darse cuenta de cómo funciona este mecanismo: aún si buena parte de ellos está hoy con el gobierno, no puede decirse que estén mayoritariamente ilusionados con la imagen tradicional de una “inclusión efectiva”. Las estrategias de recuperación simbólica parecen funcionar en base a una aceptación de la degradación permanente de las vidas, en base a cierto cinismo en la gestión de estas existencias, de un cálculo corto que en la práctica desarticula vínculos transversales y vuelve a organizar un orden provisorio.


Suely Rolnik: Un ejemplo que me viene a la cabeza son los colectivos. Hay un detalle que me parece super importante de los colectivos: atravesar las barreras de clase. Pero no como en mi época, cuando se tenía pena de los pobres, sino por pena consigo mismo, porque no se soporta esta mierda: no es por el otro, es por uno mismo. No es porque “yo sé” que entonces voy a ayudar al otro pobre que no sabe nada. No es por culpa, sino porque yo no soporto vivir así. Entonces, lo primero es armar colectivos y así poder tener un trabajo de creación y reflexión. En segundo lugar, hacerlo a partir de una verdadera relación con la realidad, atravesando todas las barreras de clase. Este me parece que es un camino que te protege de esa patología que es estar alienado. Si me dices “no quiero estar enfermo psicológicamente”, yo te respondo que la patología es estar alienado porque es como si no estuvieras viviendo o como si estuvieras viviendo como un zombie, disociado de la realidad, cuando tu vida no produce nada. Eso es patológico. Hay mucha gente que no hace terapia nunca porque el movimiento los cura. Así yo concibo la clínica. Y así Guattari concebía la clínica: más que un depositario privado, es alguien que vive situaciones sociales deshaciendo lo que bloquea la posibilidad de estar ahí. Muchas veces el trabajo es conectar A con B, porque eso desbloquea y permite armar algo. Por eso yo me dedico completamente a trabajar con esta generación, a acompañarla y poder alimentarla con las cosas que yo pude acumular en ese sentido. En mi generación no encuentro eso: hablo con las paredes. Ni en psicoanálisis, ni en el arte y mucho menos con los militantes.


Colectivo Situaciones: En relación a esto, quisiéramos preguntarte sobre la relación entre “macro” y “micro” política. Desde el prólogo mismo del libro se enuncia la centralidad de este problema en relación a la experiencia brasileña de los últimos años y entre nosotros esta cuestión ha surgido con insistencia recientemente: ¿cómo percibís hoy esta cuestión?


Suely Rolnik: Primero, creo que es siempre importante aclarar que “macro” y “micro” no es lo grande y lo pequeño. Ni los grupos chicos o las parejas a diferencia del estado y la sociedad. Sino la distinción entre estar solo, sin problemas con la subjetividad, en un funcionamiento que sólo activa la relación con el otro como una proyección de mis representaciones, que lo categoriza, lo pone fuera de mí, y una subjetividad procesual que quiere la presencia del otro y se dibuja a partir de ahí. Lo micro sería lo procesual y lo macro sería ese régimen más identitario. En segundo lugar, el concepto de transversalidad, que yo no lo había pensado, pero puede ser súper útil nuevamente, porque se lo puede asociar con la idea de ser vulnerable al otro. Transversalidad sería esta presencia fuerte y variable de la alteridad en tu propio cuerpo, en tu propia subjetividad. Entonces, un grupo se aísla cuando crea una imagen macro, una imagen identitaria de sí mismo y hace sus cosas sólo hacia dentro. La transversalidad supone que el grupo siga siendo atravesado por todo lo que está a su alrededor y eso lo hace problematizarse y problematizar su modo de vida todo el tiempo. Entonces, creo que el problema no debería plantearse en términos de cómo juntar los microgrupos con la lucha más amplia, sino cómo mantener en las experiencias en general la presencia fuerte de la alteridad como condición misma de la experiencia. Otra cuestión es cómo se vinculan estas varias experiencias para pensar un modo de organización no partidaria ni estatal. Es importante que esta articulación mantenga un fuerte nivel de transversalidad porque si no rápidamente se vuelve a una identidad de partido, incluso si no lo llamamos partido y le decimos red.


Pintura: Francis Bacon



La verdad y los signos



La equivocación de la filosofía consiste en presuponer en nosotros una buena voluntad del pensar, un deseo, un amor natural de lo verdadero. Por eso la filosofía sólo llega a verdades abstractas que no comprometen a nadie y no trastornan nada.

Solo buscamos la verdad cuando estamos determinados a hacerlo en función de una situación concreta, cuando sufrimos una especie de violencia que nos empuja a esta búsqueda.

Sobre pocos temas ha insistido Proust tanto como éste: la verdad nunca es el producto de una buena voluntad previa, sino el resultado de una violencia en el pensamiento. Las significaciones explícitas y convencionales nunca son profundas; sólo es profundo el sentido tal como está envuelto, tal como esta implicado en un signo exterior.


En "Proust y los signos", Gilles Deleuze