Invertir el platonismo


Sobre la odediencia y la moral






Algunos helenistas dicen que en el siglo IV a. C. lo que nace, y enuncia Platón, es la cuarta locura fundamental, la locura filosófica. Nace un nuevo modo, en Grecia, de aproximarse a la verdad ya no se logra en el contacto con los dioses, sino que esa relación se puede autonomizar a través del pensamiento, y se puede llegar a la verdad a través de la especulación filosófica.

(...) El movimiento caótico al que lleva la pasión debe ser ordenado para así percibir las verdaderas escencias. La especulación filosófica nos debe guiar entre las verdaderas y las falsas percepciones, y poder decirnos, entonces, cuáles son los verdaderos y los falsos enunciados.

Toda la reflexión platónica intenta ver de qué manera la materia caótica se adecua a las formas verdaderas y tratará, por ejemplo, de componer una "idea" de belleza más que de señalar la multiplicidad de las cosas bellas. Para conquistar la belleza, habrá que asemejarse a la idea general de belleza (principio de semejanza). Se trata entonces de crear el concepto, la escencia de lo que es bello. Va a naturalizarse la idea del caos opuesta al orden y, por lo tanto, el desprecio al caos.

Para integrar a Sócrates a este modelo de la razón especulativa, Platón lo presenta como el creador de la razón moral, incorporando la necesidad de obedicencia a la ley como modo de producir verdad. Si la verdad no esta totalmente clara, sí tiene que estarlo la moral. Porque el acto de pensamiento es obedecer a las leyes de la ciudad (...)

Eata razón especulativa y esta razón moral son fundamentales para sostener la idea de un gobierno. Se trata de que las formas dominen el caos de la materia y, para eso, se necesita crear la buena forma y promover la obediencia a ella (...)

Al mismo tiempo que se esta fundando el principio de semejanza, se esta indicando que el sujeto debe ser bien gobernado para alcanzar las escencias que están separadas de él. La subjetividad platónica que aspira a la semejanza es una subjetividad que nace en falta.

Deleuze, en su tecto "Platon y el simulacro", nos muestra que la misión política de esta filosofía es la selección de cuáles deben ser los verdaderos pretendientes al poder de la ciudad. Esto se logra a través de detección de los simulacros que transportan los falsos pretendientes. Para una esencia, existen una variedad de predicados. El asunto será saber cuáles son los verdaderos predicados para detectar a los verdaderos pretendientes.

En los cínicos que continúan a Platón, la subjetividad no debe ser creada en cuanto a la adecuación de la escencia y la forma. Tanto la materia como la forma son creadas en relación con cómo los sujetos se agencian a ellas. El caos no es tal caos, sino materia potencial que, a partir de diferentes agenciamientos, produce diferentes formas. Pensar para una filosofía es pensar las escencias y para otras es pensar los agenciamientos. Pensar los agenciamientos es pensar lo que se articula, lo heterogéneo, lo diverso.


Osvaldo Saidón



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